En el marco del Día Internacional del Jaguar, se ha presentado a Kiara, una hembra de Rottweiler de dos años de edad que se ha convertido en el primer canino del departamento de Antioquia entrenado para rastrear y salvaguardar a los jaguares en Colombia.
Kiara, con su proceso de adiestramiento en etapa avanzada, tiene como objetivo principal detectar y seguir las huellas olfativas de los jaguares mediante el rastreo de sus heces. Este entrenamiento le permite convertirse en un valioso aliado en la preservación de esta especie emblemática que se encuentra en peligro de extinción.
El rol de Kiara como pionera en esta labor no solo representa un avance significativo en la conservación del jaguar, sino que también sienta las bases para futuros caninos que puedan ser entrenados con el mismo propósito de preservar y proteger diferentes especies silvestres en Colombia.
Los jaguares requieren de grandes áreas bien conservadas y conectadas para reproducirse y alimentarse y, actualmente, hay problema como la caza y la expansión urbana que ponen en riesgo a la especie.
Además, también contribuye al megaproyecto “Corredor Jaguar” de Panthera, que busca implementar varias iniciativas como cámaras trampa, ecología de carreteras y educación, para conectar a través de corredores verdes a los jaguares de Centroamérica con Suramérica.
Según Diana Stasiukynas, coordinadora científica para Panthera en Colombia, se estima que en el país haya más de 16.000 jaguares, que podrían protegerse con el monitoreo constante que lograrían empresas como Panthera gracias al trabajo de Kiara y su capacidad de rastrear sus rastros.
La labor del can es fundamental para comprender su paso por otros territorios es por esto que, para ser un perro con este tipo de trabajo, Kiara debía cumplir con unas características: que fuese juguetona, animada, enérgica, no ansiosa y convertirse en la mejor amiga de un juguete que tiene, por obvias razones, el olor a las heces de los jaguares, según lo explicó Jhon Didier Ruiz Buitrago, decano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la U. CES.
Durante seis meses Kiara ha estado en entrenamiento de dos a tres horas bajo la supervisión de un especialista y descansos de ocho horas, donde se dedica a jugar con otros canes. Si bien la relación entre el juguete y el can es lo más importante, el entrenador explica que este método consiste en armar un binomio canino, can-guía y se demarca un polígono para la búsqueda.
Julián Orozco, médico veterinario de Kiara, afirma “Realizamos un trabajo de asociación con un juguete impregnado de heces de jaguar, escondemos el juguete para que ella lo busque con su olfato y lo encuentre. Luego, lo que buscamos es aislar el juguete del olor de la materia fecal. Que ya solo busqué gasas o algún otro elemento impregnado de este olor para que así no olfatee el olor del juguete sino lo que realmente interesa”.
De hecho, cuando comience el trabajo de campo, el entrenador explicó que en ningún momento se pondrá en riesgo la vida del animal, pues no habrá un contacto directo con los jaguares. Kiara solo va siguiéndoles la pista y en compañía de un guía. La probabilidad de que se encuentre con uno es muy baja.
Su entrenador, y el veterinario, refieren que ya está lista para empezar el trabajo de campo, pero todavía no se ha concretado en qué fecha iniciará sus labores, solo se sabe que será el próximo año.