Salvar, dar segundas oportunidades y hacer cambios a la realidad, son banderas para la vereda de Lourdes en el municipio de Tabio, en Cundinamarca, donde una pareja dedica tiempo y conocimiento a recoger, restaurar, recuperar, cuidar y conservar árboles de diversas especies.
Quienes están detrás de este inigualable proyecto son María Isabel Guerrero y Ricardo Villegas Tafur, aparte de aportar todo su potencial a ‘Tajara, Arte y naturaleza’, lo hacen por el respeto, por la conservación y la protección del árbol y la naturaleza en general.
Urapanes, ciruelos, arces, pinos, bugambilias, acacias, “chefleras”, cauchos sabaneros, cipreses, anturios, entre otras cientos de especies de árboles rescatadas de la basura o salvadas de talas indiscriminadas, conforman el jardín de la finca de 3.400 metros cuadrados, en la que desde hace más de 30 años, Villegas, escultor de profesión, amante y rescatista de árboles por vocación, empezó un sueño.
“Recuerdo de niño que había unas plantas sembradas en recipientes. Un señor que trabajaba con mis padres, me dijo que si quería aprender cómo sembrarlas. Me regaló las plantas, junto con un libro (que aún conservo) en el que explicaban la técnica del bonsai para el cuidado de los árboles y en el que había unas fotografías de árboles milenarios hermosos. Yo me enamoré, fue amor a primera vista”, contó Villegas.
Ricardo recuerda especialmente una frase que su amigo le dijo: “Dedícate a cuidar la naturaleza”, eso le marcó, y fue como el “primer llamado que tuve de los árboles”, dijo.
Desde entonces, el artista plástico ha dedicado gran parte de su vida a recuperar y cuidar con esmero, disciplina, estudio y mucho respeto los casi 2.000 árboles que hoy conforman ‘Tajara, Arte y naturaleza’, el proyecto que inició en forma hace cerca de 10 años junto a María Isabel Guerrero Jaramillo, su compañera de vida, apasionada emprendedora y ambientalista.
“Al ser humano se le olvida o no comprende que los árboles son seres vivos. Estudios demuestran que ellos se comunican. “, dice emocionado, además de explicar que una investigación de la Universidad de Tel Aviv documentó que las plantas emiten unos sonidos inaudibles para el oído humano cuando son golpeadas o cuando están expuestas a estrés que amenaza su vida.
Agrega que, el planeta sufre de maltrato vegetal, que son básicamente hechos como las podas indiscriminadas, el robo de las plantas, costumbres como regalar flores o plantas en ciertas fechas, el no brindarles las condiciones mínimas y necesarias, o el considerarlas basura cuando pierden algo de su estética.
Villegas y Guerrero, buscan a través de la finca jardín, sensibilizar a las personas, crear estrategias que permitan difundir y apropiar el conocimiento, y generar espacios de conversación en torno a su cuidado y conservación de los árboles.
“Lo que buscamos con Tajara es enseñar con metodologías pedagógicas la manera adecuada de hacerlo a través de visitas guiadas en el jardín, el mantenimiento de las plantas. Los árboles están en el planeta solo para protegernos, para darnos oxígeno, alimento, medicina. Es su razón de ser”, explican al final.