Ya decía la experta en moda, Camila Malagón, que “Colombia y en general Latinoamérica es la sal y pimienta del mundo” y así se refleja en las prendas que se crean en el territorio. Con esa sazón, picardía y extravagancia que caracteriza a la nueva generación de diseñadores del país, una joven colombiana llegó a Nueva York para su icónica Semana de la Moda.
Michelle Mejía, es una diseñadora oriunda de la ciudad de Santa Marta, y fue escogida para participar en la Semana de la Moda por su enfoque valiente con su marca, Michelle For Bad Girl, que tiene dos conceptos: moda y el feminismo.
La fundadora y diseñadora que lidera la marca Michelle For Bad Girl explicó que el camino no fue fácil y que durante varios meses estuvieron trabajando para poder hacer el montaje de la pasarela, en ‘La Gran Manzana’ en Nueva York.
Aseguró que cada día, hora y segundo fueron de planeación, y que incluso hasta últimos minutos estuvieron realizando cambios para poder realizar una buena presentación pero que finalmente resultó siendo una experiencia espectacular.
“Me siento orgullosa de nuestro trabajo, tratamos de escoger modelos de todo tipo de cuerpos, muy diversas. Siento que la acogida del mercado americano fue excepcional, querían comprar de una vez y regresé con muchas ilusiones de llegar a este mercado”, dijo Michelle.
“Me disfruté toda la experiencia, que fue exclusiva y con un espacio VIP para la marca”, expresó. Las miradas de los asistentes a la Semana de la Moda de Nueva York se centraron por unos minutos en su colección “Furia y Seducción”, que es una audaz apuesta por integrar diferentes elementos de creatividad y pasión, a través del encaje, los colores vibrantes, los brillos y accesorios notorios como collares y arneses. Con un estilo único que combina la sensualidad con la delicadeza, a partir de piezas de lencería sumamente pensadas.
La samaria fue seleccionada para participar en este famoso evento de la moda en el mundo por su enfoque que casa dos conceptos que han tomado relevancia en la escena pública: moda y el feminismo, combinando conceptos que no tienen por qué ser excluyentes entre sí como la feminidad y el empoderamiento.
