Un octubre pintado de esperanza
Octubre se tiñó de ‘Rosa’ en La Guajira con una campaña que fue mucho más que prevención: fue un abrazo colectivo, una invitación a mirarse con amor y a cuidar la vida. Bajo el lema “Porque las quiero, las cuido, en todas sus formas”, la Liga Contra el Cáncer Seccional La Guajira desarrolló una serie de actividades que llegaron al corazón de más de dos mil mujeres y hombres del departamento.
La iniciativa combinó espacios educativos, médicos y comunitarios, despertando conciencia sobre la detección temprana del cáncer de mama y recordando que esta enfermedad no distingue género, pero sí puede ser vencida cuando se detecta a tiempo.

Rosas que inspiran
El alma de la campaña estuvo en el trabajo conjunto de la coordinadora de educación, Yelmis Mindiola Toro, el equipo de voluntarias y el grupo psicosocial “Rosas Renacientes – Apoyo para muchas más”, conformado por mujeres que transformaron su diagnóstico en esperanza.
Con su testimonio y su energía, las Rosas Renacientes demostraron que la vida puede florecer incluso después de los días más difíciles. Cada palabra compartida, cada historia contada, se convirtió en una semilla de fortaleza para quienes enfrentan la enfermedad o acompañan a alguien que la padece.

Una marea rosa que recorrió comunidades
Durante todo el mes, la campaña llevó su mensaje de autocuidado a instituciones educativas, empresas, parques y comunidades, donde se promovieron hábitos saludables y la importancia del autoexamen, la mamografía y la consulta médica oportuna.
También hubo espacio para la alegría: se realizaron rumbaterapias rosas, encuentros académicos y jornadas de reflexión, con el apoyo de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, la alcaldía de Riohacha, la gobernación de La Guajira, la Universidad de La Guajira y otras entidades comprometidas con el bienestar de las mujeres guajiras.
Un cierre lleno de emoción y solidaridad
El broche de oro llegó con un encuentro en la sede de la Liga, donde el grupo Rosas Renacientes participó en la entrega de prótesis mamarias y en la firma de un pacto de acompañamiento permanente, reafirmando que ninguna mujer debe enfrentar sola este camino.
Fue un momento cargado de emociones, abrazos y gratitud. Allí, entre sonrisas y lágrimas, se selló la promesa de seguir caminando juntas, con la convicción de que la prevención salva vidas y el amor las transforma.
Un mensaje que sigue latiendo
Octubre terminó, pero el espíritu del Mes Rosa permanece vivo en cada rincón de La Guajira. Porque cuidar la salud no es solo una rutina médica: es un acto de amor propio, de solidaridad y de esperanza compartida.

