La enfermedad por hígado graso afecta a cerca del 25% de la población en el mundo. Así como las tasas de obesidad, diabetes tipo 2 y el colesterol alto están subiendo en los EE. UU., y varios países de Latinoamérica, lo mismo ocurre con la tasa de enfermedad por hígado graso.
El hígado es el órgano de mayor tamaño dentro del cuerpo, ayuda al organismo a digerir los alimentos, almacena energía y elimina toxinas, regula y controla el metabolismo del colesterol, participa en la adecuada metabolización de los carbohidratos.
Los pacientes con enfermedades de hígado graso en fases tempranas son, muchas veces, asintomáticos. Según el doctor Andrés Reyes, médico de laboratorios Heel Colombia, es importante tener elementos que permitan limpiar y desintoxicar el órgano. “Cuando hay condiciones de sobrepeso se puede ligar al hígado graso, el cual es la acumulación de colesterol alrededor del hígado y eso puede generar alteración hepática”.
Agrega además que, es importante usar medicamentos de origen natural que tenga evidencia científica en la reducción de los procesos inflamatorios hepáticos y el aumento de la síntesis de producción de glutatión que es el antioxidante más poderoso que se produce en el hígado.
Existen dos tipos de hígado graso:
Hígado graso simple: Hay grasa en el hígado pero poca o ninguna inflamación o daño en las células del hígado. Este tipo de afección no provoca daños graves en este órgano.
Esteatosis hepática no alcohólica: a diferencia del hígado graso simple, en este sí hay inflamación, grasa y daños en las células del hígado. Puede provocar cáncer de hígado o cirrosis.
Es importante tomar en cuenta que la mejor manera de combatir la enfermedad hepática es evitarla, si es posible. Y estas son algunas de las maneras de lograr mantener un hígado saludable: mantener un peso ideal, comer una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente, evitar las toxinas, no fumar, tomar alcohol de manera responsable y evitar el uso de drogas ilícitas.