En Suiza un hombre tetrapléjico de 46 años, se ha convertido en la primera persona en probar una tecnología innovadora que combina dos tipos de implantes: uno cerebral y otro en la medula espinal. Estas combinaciones de implantes le han permitido al paciente recuperar la movilidad en sus brazos, manos y dedos mediante el pensamiento. un avance que fue publicado en ‘Nature’ en el mes de mayo.
El paciente Gert-Jan Oskam perdió la función de sus brazos debido a una caída, se sometió a dos operaciones en el Centro Hospitalario Vaudois (CHUV) en Lausana, Suiza. En la primera operación, se le colocó un implante cerebral que registra las regiones del cerebro activadas cuando el paciente piensa en un movimiento y las comunica a los electrodos en la médula espinal. En la segunda operación, se colocaron electrodos en su médula cervical, conectados a una caja implantada en su abdomen.
Ahora es la primera vez que se utiliza esta doble técnica para las extremidades superiores. “La movilidad del brazo es más compleja”, explicó la cirujana Jocelyne Bloch, quien realizó las intervenciones quirúrgicas para colocar los implantes.
Con los brazos no se plantea el problema del equilibrio, pero “la musculatura de la mano es bastante fina, con muchos músculos pequeños diferentes que se activan al mismo tiempo para determinados movimientos”, explicó la médica tratante.
El implante registra las regiones del cerebro que se activan cuando el paciente piensa en un movimiento y las comunica a los electrodos. Algo así como un “puente digital”.
Por ahora el paciente está en entrenamiento, para intentar que el implante cerebral reconozca los distintos movimientos que ha dejado de hacer. Habrá que repetirlos muchas veces antes de que se vuelvan naturales.
Según Bloch, el proceso de adaptación puede durar varios meses, la estimulación de la médula espinal ya se ha utilizado en el pasado para que pacientes paralíticos puedan mover sus brazos, pero por separado, sin un implante cerebral acoplado. Y se han utilizado implantes cerebrales para que un paciente pueda mover sus extremidades a través de un exoesqueleto.
Los resultados de este ensayo pionero se publicarán más adelante, y se espera que otros dos pacientes participen en el estudio. Si tiene éxito, esta técnica podría revolucionar la vida de las personas con lesiones graves en la médula espinal, ofreciéndoles la posibilidad de recuperar la movilidad en sus extremidades superiores.