Fincas agrícolas producen biogás con excremento de vaca en Colombia

En zona rural del municipio de Ponedera, al sur del departamento del Atlántico, vive el campesino Elkin Palacin, su trabajo es de levantarse diariamente a ordeñar las vacas y rotar el ganado en la finca donde labora. Hace aproximadamente un año su rutina ha cambiado, ya que antes debía ir por leña para encender el fogón, para que su esposa preparara los alimentos que consumen en cada jornada.

Actualmente la rutina para la pareja de esposos cambió, aunque la conexión al servicio de gas natural por ahora no es una realidad por lo apartado de las fincas (aunque podría darse en un futuro), lo que sí es cierto es que solo basta con girar la perilla, prender la llama y poner la olla en la estufa para empezar a cocinar, gracias a la instalación de sendos biodigestores en sus fincas. 

La iniciativa integra modelos agroambientales, alternativas de eficiencia energética y educación ambiental, para disminuir la extracción de leña y carbón vegetal en  dos municipios del sur del Atlántico, cuya capital departamental es la ciudad de Barranquilla.

A través de un biodigestor, se aprovecha el estiércol de vaca para generar gas metano, un biocombustible clave para la transición energética, esto porque si se quema de manera eficiente puede producir energía generando emisiones bajas, pero también porque a partir de él se puede generar fertilizantes o bien electricidad. 

La esposa de Elkin Palacin, ante la estufa que ahora usan y que se alimenta con el biogás que produce el biodigestor con que cuentan ahora en su finca y que facilita las rutinas diarias del matrimonio. 

Según explica el director de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA), Jesús León Insignares, aunque estos biodigestores fueron instalados hace 8 meses, el proyecto surgió hace algunos años cuando empezaron a desarrollar acciones del Plan de Acción Institucional (PAI) de la corporación.

El objetivo de ese plan es disminuir las cifras de deforestación en un departamento donde 70 % de las fincas tienen vocación ganadera o agrícola. Esto, al tiempo que generaban acceso a energías renovables en zonas rurales.

“Estos biodigestores los hemos instalado en algunas fincas rurales del departamento y en escuelas, que hemos denominado Eco escuelas, buscando múltiples objetivos. Entre ellos evitar la deforestación como objetivo principal, enfatiza Insignares.

El funcionario resalta que los resultados de esta primera etapa del proyecto, en la cual se instalaron tres biodigestores en Manatí y tres en Ponedera, ha sido tan positivos que la idea es llevar la iniciativa del sur del departamento a la zona norte, a municipios costeros como Juan de Acosta, donde también hay una gran cantidad de fincas ganaderas, pero en el que la pérdida de bosque en pie y la desertificación ha sido mayor en el escenario agrícola.

La diferencia que existe entre uno y otro es que el gas natural es un combustible fósil que contribuye a la crisis climática, mientras que el biogás se genera a partir de la descomposición de materia orgánica y está integrado fundamentalmente por metano y dióxido de carbono, por lo que la recolección y procesamiento eficiente de dicha materia podrían promover la protección de la atmósfera, siempre que el proceso sea controlado de manera adecuada y oportuna.

 

 

 

 

 

 

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