Rubén Mieryteran, de oficio reciclador, oriundo de Baragua Venezuela, hace aproximadamente dos años llegó a Colombia con la intención de introducir el concepto de sostenibilidad ambiental en los ecosistemas costeros a través de su proyecto “Por las Playas Colombia”, el cual está desarrollando en el corregimiento de Palomino La Guajira.
Según el Centro de Información Turística de Colombia Citur-Mincit, La Guajira pasó de recibir 8 mil 310 visitantes extranjeros en el 2013 a 66 mil 485 en el 2018. Ese aumento en las cifras, según Armando, también provocó una mayor producción de residuos.
Un año después, en 2019, su llegada comenzó a hacer eco en el sector ante la disminución de la contaminación en las playas. Se comenzó a hablar de sensibilización ambiental, centros de reciclaje y tratamiento de residuos sólidos, conceptos que anteriormente pocas influencias tenían en la idiosincrasia de los pobladores costeros.
“En Venezuela yo practicaba surf, por eso desde pequeño he sentido un amor profundo por el mar. Mi mamá también nos inculcó la necesidad de mantener las playas limpias. Me sorprendió llegar a este paraíso colombiano y ver que muy poquitas personas se preocupaban por recoger los residuos”, explica Mieryteran.
Uno de esos residuos que más abunda en las playas -y que más reciclan en Por las Playas Colombia- es el plástico. Según Greenpeace, se estimaba que para el 2020 la producción de plásticos fuese cercana a los 500 millones de toneladas, es decir, un 900 por ciento más que en 1980. Armando cuenta que su trabajo comenzó con los hostales y restaurantes aledaños a la zona, separando los residuos en canecas de colores y reutilizando aquellos que aún tenían vida útil.
Luego, el rumor e impacto de su proyecto fue haciendo más eco, 8 recicladores del sector se le acercaron a comentarle su interés de participar en las jornadas de limpieza que él adelantó por varios meses solo en las playas. “Mi idea era crear un punto ecológico. Que una persona lo atendiera e hiciera una ronda de caminata donde los bañistas cada cierto tiempo para recoger los residuos”, comenta.
Armando también expandió la población involucrada en el proyecto. Sumó a estudiantes de instituciones educativas aledañas. “Sentía que el trabajo del reciclador es muy denigrado, pero cuando llegue al colegio San Antonio de Palomino, la recepción fue positiva. Les propuse que los jóvenes de 11° cubrieran sus horas de servicio social asistiendo a las jornadas de limpieza en las playas”, al tiempo que menciona que, con la ayuda de los estudiantes, el proyecto ha logrado impactar a poblaciones aledañas como Mayapo, Riohacha y Dibulla, actualmente participan alrededor de 12 jóvenes.

Según Armando, uno de los mayores impactos del proyecto Por las Playas Colombia ha sido la reducción de la cantidad de desechos que van al mar. Hasta el momento han recolectado alrededor de 4 mil 800 kilogramos de residuos, siendo la chatarra 1236 kg, el Pet 823 kg y el aluminio 562 kg los tres materiales más comunes. En cuanto a basura ordinaria, han recolectado 1 mil 656 kilogramos.
Según una investigación de la Pontificia Universidad Javeriana liderada por los ecólogos Edwin Uribe y Andrés Etter, de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, el 70 por ciento de los ecosistemas marinos de Colombia están en alto riesgo de colapso, cifra alarmante que resalta la importancia que este tipo de iniciativas tienen para el país.
Pese a que el joven venezolano manifiesta que no ha encontrado un apoyo fuerte en la administración actual, está agradecido con entidades privadas que le han tendido la mano en temas como, por ejemplo, donación de uniformes, bolsas, pinzas recolectoras e implementos de bioseguridad para las jornadas.
“Este trabajo luce sencillo y aparentemente su impacto es menor, pero si se hace todos los días se podrían evitar tragedias como la ocurrida en 2019 cuando apareció una isla de basura de casi 18 kilómetros en el río Magdalena.