Quince jóvenes de las veredas La Yunga y Río Hondo crearon la Asociación para la Innovación Cocioambiental La Yunga-AISAY, en Popayán, a través de la cual gestionan un vivero comunitario y, también, ofrecen servicios de plantaciones forestales y embellecimiento de parques.
El relleno sanitario regional fue transformado en un Parque Tecnológico y Ecológico que, además de funcionar como centro de investigación al que colegios y universidades pueden acudir para poner en práctica la teoría aprendida, también ofrece zonas verdes para que la comunidad disfrute de caminatas ecológicas y avistamiento de aves.
El relleno, que cuenta con 52 hectáreas; 32 catalogadas como áreas de protección, se ha convertido en un espacio ideal para que la población aledaña desarrolle proyectos productivos enfocados en la conservación ambiental, allí se ubican los senderos ecológicos y las zonas para el avistamiento de aves.
“Gracias a ese cambio de visión de no ser solo un relleno sanitario sino un Parque Tecnológico y Ecológico, ahora se percibe un mayor cumplimiento de la normativa ambiental. El lugar se ha convertido en un punto de encuentro para buscar soluciones conjuntas y promover una correcta gestión ambiental. Es como tener un laboratorio a la mano”, comenta Julián Muñoz De La Rosa, coordinador de la Facultad de Ciencias Ambientales y Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma del Cauca.
Su directora es Briyith Astudillo, una ingeniera agropecuaria, graduada de la Universidad Autónoma del Cauca y oriunda de la vereda La Yunga que se sintió motivada de iniciar el proyecto luego de las charlas que adelantó Urbaser cuando llegó a administrar el relleno. “A partir de ese momento se comenzó a tener mejor interacción entre la empresa y la comunidad. La Asociación es una representación de la comunidad ante Urbaser. Ahora estamos más pendientes del funcionamiento del relleno; hay más diálogo”, afirmó la ingeniera.
Según el gerente regional Rodrigo Velasco Mosquera, cuenta que dentro del Parque Tecnológico y Ecológico se encuentra un espacio de alrededor de 200 metros cuadrados dispuestos para la creación del vivero comunitario. la necesidad de este vivero surgió por dos razones principales: Urbaser necesitaba realizar una compensación forestal y, segundo, la comunidad le manifestó a la empresa tener dificultades para continuar con sus estudios y encontrar trabajo debido a lo lejos que se encontraban de Popayán.
“Nosotros estamos encargados de sembrar los árboles y de hacerles mantenimiento. El vivero cuenta con áreas especiales para la germinación y el enraizamiento. En la Asociación hay personas desde los 15 hasta los 45 años”, explica Astudillo, directora de la asociación cuyos miembros fueron capacitados por el SENA.
Las investigaciones adelantadas han permitido, por ejemplo, identificar más de 57 especies de aves, cifra que ratifica su potencial turístico para las jornadas de avistamiento. A su vez, los ingenieros residentes del relleno ponen sus conocimientos al servicio de los estudiantes a la hora de explicar los procesos de descarga, acomodación, funcionamiento de la planta de lixiviados, entre otros.