La familia colombiana conformada por Félix Altamar y Katherine Eguis, oriundos de la ciudad de Barranquilla huyeron como migrantes hacia los Estados Unidos junto a su hija, producto de las amenazas de muerte que recibía constantemente por grupos de extorsionistas de la ciudad.
Del desasosiego, la familia Altamar Eguis, residente en Tampa, La Florida, pasó a ser protagonista de un documental que les ha permitido los retos y desafíos que afrontan los inmigrantes que llegan a los Estados Unidos sin hablar inglés. El documental Translators muestra como los niños de familia de inmigrantes sirven de traductores del inglés a sus padres.
Se trata de un conmovedor documental de 20 minutos, financiado por U.S Bank, y dirigido por Rudy Valdez y la producción de Andrea Córdoba, en el que muestra a Harye de 10 años de edad en su papel de traductora de sus padres cuando salen a realizar diligencias en bancos, vueltas médicas, supermercados o inmigración.
“Se metió la pandemia y la situación fue más complicada. Ella se angustiaba porque recibía las clases virtuales. Luego si pudo ir al colegio de forma presencial y en seis meses aprendió hablar inglés”, cuenta la admirada madre.
Katherine se enteró de la convocatoria para la firma de un documental sobre jóvenes traductores de las familias inmigrantes y decidió aplicar. La suerte la acompañó y fueron seleccionadas, junto a otras dos familias, que también aparecen en la producción. En los Estados Unidos se estima que hay unos 11 millones de niños traductores aproximadamente.
El 13 de junio fue lanzado el documental en New York. Allí estuvieron acompañados del actor colombo-estadounidense John Leguizamón, quien hizo la presentación del trabajo y condujo el conversatorio. En esta primera presentación ganaron un concurso de documentales.
Luego el 29 de junio se volvieron a presentar en Hollywood, donde fueron presentados en una tarde de gala. Allí en medio de los reflectores, fotos y cámaras, lograron atrapar la atención de la gran prensa norteamericana y latina.
Desde entonces han sido muchas las entrevistas para medios alrededor de todo el mundo, que los miembros de la familia han cedido. Los Altamar no descartan que los lleven a Cannes, donde se estudia llevar el documental a concursar.
“Pudimos mostrar cómo vivimos y somos los inmigrantes, en un país que ofrece muchas oportunidades”, dice Katherine que trabaja en el servicio de aseo a hoteles, mientras que su esposo está en la construcción y Harye continua en el colegio y se alista para ingresar a una academia a estudiar actuación.