Parte de lo que dejó la pandemia a nivel mundial en años pasados, y que hasta la fecha aún hay secuelas de daños en sociedad, y otros de logros importantes, el emprendimiento a base de la fe y la esperanza fue fundamental en muchas personas, especialmente en dos jóvenes, Daniel y Sebastián Manga González quienes visionaron una empresa de magnitud con la fruta del corozo como materia prima.
Tropisabores del Caribe S.A.S es una empresa pequeña, creada por los hermanos Manga González nacidos en Pivijay, Magdalena, la cual se dedica a la producción y comercialización de pulpas y sodas a base de diversas frutas típicas de la región caribe como el tamarindo, el mango y la maracuyá; sin embargo, el corozo, ha sido la fruta insignia de este emprendimiento constituido durante la pandemia del Covid 19.
Fueron largos meses, en los que los hermanos, dedicaban parte de su tiempo a estudiar el movimiento de los mercados, las preferencias y potencialidades de las frutas que se cultivan en Magdalena.
“En 2021 decidimos dar vida a este sueño. Fue un proceso muy largo de desarrollo del producto, de indagar sobre el cómo lo haríamos, de buscar clientes y distribuidores y así, con todo el esfuerzo y dedicación nació Tropisabores del Caribe”, expresó Daniel Manga.
Ha sido tanto el éxito que han tenido estos jóvenes emprendedores, que hoy, lograron cerrar su primer acuerdo de ventas, para que sus productos sean comercializados a través de un supermercado a nivel nacional, que tiene presencia en todo el país.
Según los hermanos Manga, este ha sido un logro que fue posible, gracias al apoyo de la Universidad del Magdalena y el Fondo Emprender SENA, ya que les ayudó a contar con tecnología de punta para tener buenos clientes y los consumidores puedan confiar en ellos.
“No fue un proceso fácil, ha sido un trayecto largo, de varios años, pero ha valido la pena, pues nuestros productos a base de corozo, ahora pueden encontrarlos en muchos rincones del país”, agregó Daniel.
Su planta de procesamiento está ubicada en Pivijay y con más de ocho empleados, actualmente se dedican a la producción, lavado, cocción y despulpado del corozo.
“Esperamos llevar este producto a otros países y demostrar que se puede emprender. Esta es una planta muy orgánica, natural y única en la región porque conserva siempre el sabor de las frutas”, concluyeron.