El sueño del grupo Comaiji, conformado por trece familias indígenas del pueblo Murui-Muina, es poner el conocimiento ancestral sobre el aceite de palma de milpés al servicio de la salud de su pueblo y otros, así como encontrar alternativas de generación de ingresos en su territorio en la Amazonia colombiana.
El emprendimiento inició con el apoyo del proyecto Madre Tierra de la Organización Zonal Indígena de Putumayo (OZIP) con el cual promovieron la organización del grupo de socios generando jornadas de capacitación y espacios de trabajo en equipo alrededor de la actividad tradicional de obtención de aceite y gestaron la idea de comercializar este producto a nivel local y regional.
Durante el proyecto los integrantes de Comaiji compartieron aprendizajes sobre su oficio, como un paso que les permite fortalecer su trabajo colectivo, identificar sus roles y los procesos de transformación que exigen tiempo, dedicación y recursos al realizarse para obtener grandes cantidades del aceite de Milpes y mejorar el emprendimiento.
Allí conocieron más sobre las prácticas ancestrales durante el proceso de obtención del aceite, así como los cantos Murui de la mano de una de las abuelas sabedoras de la comunidad, quien trasmitió este conocimiento a los más jóvenes.
En cuanto al paso a paso de la extracción del aceite, los socios reconocen los saberes que implica realizándolo de manera práctica y en equipo. El proceso empieza por la recolección de cosecha de la pepa del milpés, en la que los Murui-Muina trepan las palmas para obtener racimos y luego los llevan a la comunidad para dejar madurar la pepa de 6 a 8 días.
Tras su maduración, empieza el proceso de extracción del aceite, donde se deja la semilla en agua caliente por 15 minutos y, posteriormente, son piladas con un mazo de madera, para después separarlas de la pepa por medio de un cernidor.
La pulpa se prensa en un ´mata fría´, que es una estera larga y delgada, y pasa por un proceso de decantación en el que el agua es separada del aceite. Este es pasado a un fogón de leña para ser refinado, se filtra y se deja en reposo hasta que se enfríe. Después de este arduo proceso artesanal, el resultado es el aceite de milpés.
El impulso de las cadenas de valor sostenibles en la Amazonía, además de fortalecer la economía indígena, genera beneficios sociales, ambientales y económicos. En este sentido, el acceso a los mercados por parte de los emprendimientos indígenas tiene el potencial de contribuir al buen vivir de sus pueblos y garantizar la conservación de los bosques, que son vitales para nuestra vida en el planeta.